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de la alpinia y otras malas hierbas

viernes, 29 de enero de 2010

El ¿estigma? de la retransmisión en Cuba



Otra vez retransmiten una telenovela cubana. Soy de las personas que le encantan los dramatizados cubanos, aún cuando no pueden competir en calidad desde el punto de vista de realización con dramatizados extranjeros.

Es cierto que las telenovelas brasileñas son “galletazos” visuales. Y a decir verdad tienen de donde escoger: una selva envidiable, una ciudad como Río de Janeiro regala unos paisajes urbanos exquisitos, y unas playas que no se quedan atrás. Pero esa es la realidad, o al menos una parte de ella, de los brasileños. No es la mía.

Y por el otro lado están los audiovisuales norteamericanos, que han llegado a la televisión cubana y se han apoderado del horario de la madrugada. Ojo, que se transmiten en la madrugada aún cuando en su mayoría son de estreno en los canales de televisión cubanos ¿…?

Con el propósito de transmitir en Cuba no uno, sino dos canales de televisión las 24 horas hemos tenido que introducir la dinámica de las retransmisiones. Claro que tiene sus ventajas, es la posibilidad de recordar algunos materiales, actores, problemáticas sociales e incluso épocas pasadas. Pero requiere de mucho cuidado lo que retransmitimos, y más importante aún, cuando retransmitimos.

El estudio de los consumos culturales en Cuba demuestra que vivimos en una sociedad atípica. Muchas veces regimos nuestros horarios por el itinerario de nuestros canales.

En numerosos hogares cubanos el horario de la telenovela, cubana o extranjera indistintamente, representa un punto de giro en la dramaturgia del desarrollo cotidiano de cada hogar. Antes, es el momento del baño, las tareas de los muchachos y la comida; después, el horario del descanso, del sueño o de la salida nocturna.
El horario de la telenovela, es sagrado. Es por ello que muchos lo esperan con ansias de ver el siguiente capítulo de nuestro culebrón favorito, especialmente cuando es de estreno, lo que no sucede actualmente muy a menudo con las producciones nacionales. Hemos caído en un ciclo ¿interminable? de retransmisiones.

Recientemente fue retransmitida el serial policíaco “Su Propia Guerra”, y para el asombro de no pocos alcanzó niveles de teleaudiencia comparables con los obtenidos en su estreno. Pero es que los cubanos sufrimos, una y dos veces, con el tabo y todos sus avatares. Y estoy segura que algunos estarían dispuesto dentro de algún tiempo, de sufrir por tercera vez con Su Propia Guerra.



¿Y sucede lo mismo con el Balcón de los Helechos?

Sin dudas que sus pretensiones fueron muy grandes, pero igualmente el abordaje fue un tanto superficial: la historia del lesbianismo –desterrada de la televisión cubana, y recuerdo los cortes que sufrió la historia de la pareja de lesbianas en La Señora del Destino-, la aún meramente descriptivas historias de las drogas y los jóvenes, la relación entre personas de diferentes procedencias sociales y edades…

Muchos coinciden en que lo más sobresaliente fue la actuación de Susana Pérez. Soberbia y extremadamente natural fue el desdoblaje que experimentó para traernos a la pantalla un personaje con el que todos gozamos y con el cual muchas se identificaron, y hasta imitaron, ¿no es verdad esta tu niña?



La actuación de Susana Pérez fue tan abrumadoramente absorbente que historias complejas e importantes de la telenovela pasaron con más penas que glorias. Nuevamente el amor homosexual entre mujeres sufrió la superficialidad del audiovisual cubano, la historia de la pareja alcohólica no traspasó la mera barrera de algunas consecuencias de la adicción, sin adentrarse mucho en las transformaciones psicosociales que atraviesan los individuos.

La telenovela cubana El Balcón de los Helechos si bien hizo disfrutar de la problemática del “Profesor” Perdomo y su problema con los “hielitos” (impotencia sexual), y las artes de la “Licenciada Verónica”, también reforzó algunas conductas un tanto machistas. Las mujeres buenas se quedan en la casa, mientras las más… coquetas se llevan el gato al agua. Aunque hay que reconocer que muchas veces es así.

Lo que más me desagradó confieso que fue el final, la mujer buena, la que no quería hacer el amor en el balcón de helechos, ¿tenía que necesariamente hacerlo al final? ¿Es esa la imagen que querían transmitirnos, que la mujer debía de cambiar todo su sistema de creencias para estar con el hombre que quería?

Hay que reconocerle que la telenovela El Balcón de los Helecho fue un importante paso en el audiovisual cubano en cuanto a que pretende acercarse aún más a las problemáticas de los cubanos actuales. Un intento, que como los que le sucedieron y los que vendrán, acarrearán polémicas y debates en cuanto al tratamiento de los temas, las formas de realización, y otras muchas más, que sin lugar a dudas, evidencian un esfuerzo sincero de la Televisión cubana.

Efecto Yu Gi Oh en Cuba




Actualmente los niños en Santiago de Cuba hablan de ataque, de defensa, polimerización, magos, dragones, rituales, cartas mágicas y trampas. Encuentran una nueva motivación para asistir a la escuela: Realizar ver quien tiene más cartas, el más fuerte y el conoce más del juego de Yu Gi Oh.

Alimentar las fantasías heroicas de los niños cubanos con dibujos mangas y anime no es un fenómeno nuevo. Basta con recordar sus predecesores Voltus 5 o los Gatos Samurais y la saga de los Pokemones. Lo que sucede es que ninguno de los antes mencionados proveía a los adeptos de las herramientas y artilugios necesarios para materializar las fantasías.





Específicamente me refiero a las dichosas cartas, con sus niveles, poderes y efectos. Ya sean cartas originales, y quien sabe de donde salen porque en las tiendas no se venden, o impresas en hojas que se venden al por mayor en redes ilegales de personas que inteligentemente han aprovechado la situación creada por el anime, y las más codiciadas por ser de cartón y a precios asequibles, las impresas en cartón.

Los profesores de primaria y de secundaria se quejan porque los alumnos antes no prestaban mucha atención a las teleclases, ahora menos; los padres, porque sus bolsillos no pueden sufragar las novedades en el área de magos oscuros y carabelas invocadas. Todos culpan la maldita Televisión Cubana.

¿Cómo satisfacer las fantasías de la niñez en Cuba? ¿Con Elpidio Valdés?



Parece que se les olvidó que no fue muy feliz el regreso de Elpidio Valdés en aquella serie en la que el famoso personaje de Padrón dejaba atrás la época colonial de los españoles y se embarcaba en la nueva aventura contra la intervención norteamericana en Cuba. Ninguno de mis sobrinos disfrutó la serie.

No ha sido muy feliz, de manera general, el paso de Elpidio Valdés por la era de la digitalización. Pero la era de los cero y uno no se lleva bien con los muñes cubanos. También hay que recordar a Cecilín y Coty, este último tiene unas pequeñas historias que a nadie gusta, a Yeyín y su mala imitación de la Guerra de la Galaxia.
No soy sexóloga ni realizadora, pero si puedo decir que el recientemente estrenado y premiado serial Pubertad, realmente ha causado más preguntas y cuestionamientos en los niños y adolescentes de mi familia que respuestas y conocimientos.

Los animados cubanos están inmersos en una incesante e infructuosa búsqueda de un “animado educativo”, donde lo estético se supedita al mensaje en sí mismo. Algo que en principio no está mal, solo que no conozco a niño alguno que le resulte lo suficientemente atractivo como para dedicarle unos minutos.

Los dibujos animados están orientados, principalmente, al sector más joven de la sociedad, y a los niños, hay que entrarle principalmente por los ojos.

El ya no tan joven canal Multivisión se ha esmerado en presentarle al público cubano infantil una selección de materiales que responda a esos preceptos. Y sin lugar a dudas, con algunos deslices, así lo ha logrado.

Recordar a Dora la exploradora, que si bien visualmente no representa ningún cambio revolucionario en el animado, si lo es en el público cubano esa forma de interactuar con sus televidentes. En varias ocasiones mi sobrina ha tenido que llamarle la atención a sus hijos por su gritería cuando viene el zorro, pero no deja de asombrarse cómo es que su hijo de cinco años conoce algunas palabras en inglés. ¿Y entonces?

Yu Gi Oh quizás no sea el ejemplo más feliz, pero sin dudas tiene algunos valores, fundamentalmente el tratamiento de la importancia de la amistad, y está presentado de una forma indudablemente atrayente.
¿Qué los niños jueguen en las aulas o que gasten dinero en comprar ilegalmente las cartas? No creo que sea culpa del dibujo en sí, eso va más con la educación que en sus hogares reciben… mis sobrinos llegan de la escuela y se esmeran en hacer sus tareas lo más rápido posible para a las seis de la tarde ver su serial favorito. Eso sí, mi prima los obliga a hacer sus tareas rápido pero bien hechas, y los recompensa con algunas cartas y el momento feliz del día de ver sus animados.

¿Cierto chantaje emocional? No lo dudo, pero al fin al cabo quien en la crianza de un hijo no ha hecho eso en algún momento.

El problema no es buscar culpables ni decir Yu Gi Oh es malo. Se trata también de entender una situación y saber adaptarla a las necesidades de cada familia en la educación de sus miembros más pequeños.
Estoy segura que de aquí a algunos años, en ausencia de propuestas nacionales lo suficientemente atrayentes, los niños de hoy van a recordar con mucho placer los monstruos y personajes de Yu Gi Oh. De usted depende que sea una herramienta educadora.

miércoles, 27 de enero de 2010

Yo tengo más que el leopardo.

El 28 de enero no es para mí un día cualquiera. Como cubana que crecí con los preceptos del Maestro, este 28 de enero dedico unas horas a reflexionar si en el actuar y pensar sigo lo que plantea José Martí en cada una de sus obras acerca de los valores.

Una amiga me comentaba hace unos días que ella nunca reaccionaría ante situaciones de la vida en la forma que lo hago. Y no es que me crea perfecta, porque considero que la perfección no existe al contrario pero soy partidaria del amor, la verdad, de ayudar a quien lo necesite, estoy dispuesta a educar y a ser educada, pobre aquel que piense que lo sabe todo, especialmente en estos tiempos en que el desarrollo económico y tecnológico y las guerras atentan contra el entendimiento entre los hombres.


Por eso es que tengo en muy alta estima a ese hombre que llamamos Maestro, Apóstol y que con mucha justicia se considera el más universal de todos los cubanos.

Mi padre, que por cierto se llamaba José, como Martí, nació un 28 de enero y aunque distante en tiempo también significó mucho para mí. Ya no está entre nosotros desde hace 3 años pero todo lo que me enseñó lo llevo conmigo como mis espejuelos, la ropa, los conceptos… y lo aplico en mi día a día, en el trabajo, la calle, la casa, con mis compañeros de trabajo, familiares y conocidos.


El pensamiento martiano se transmite de generación en generación, por eso lo que mi padre aprendió de los suyos y nos transmitió ahora me corresponde a mí con mi hijo y así sucesivamente.


Por eso es que parafraseando el verso de Martí, yo tengo más que el leopardo, porque lo tuve a él y a mi progenitor, a los que recuerdo especialmente cada 28 de enero en que llegaron almundo para dejar una huella de inmenso amor.

Mi amiga es golpeada




En una interesante página referida a la violencia de género, me encontré el siguiente perturbador y alarmante mensaje: “Cada 18 segundos una mujer es maltratada en algún lugar del mundo

Nunca imaginé que iba a ver a una amiga mía con un ojo morado. Por un momento pensé que solo servía de argumento para que Maité Vera o Xiomara Blanco escribiera una novela que tratara la familia cubana y sus problemáticas.

Pero sí, hace solo dos días que tocó a mi puerta. Y juro que no fue solo por el color morado del golpe el que me hizo sentir que había un problema, sino que en su cara, sus ojos adornados ya por el moretón, reflejaban la tristeza de una mujer que acababa de ser maltratada. Esa tristeza, y arriesgándome a pecar de feminista, pero hay que ser mujer para entender ese tipo de dolor.

¡Me caí cuando bajaba las escaleras! Esa fue la explicación que me dijo. Por favor, no es solo un insulto a nuestra amistad y a mi inteligencia, además de las novelas, ¿ese tipo de justificación le resulta creíble a alguien?

No me las doy de ser una mujer extremadamente liberal, pero si alguna vez me pasara, y espero sinceramente que no, nunca podría usar esos recursos efectivos solo en las novelas. Tras conversar un rato, llegó a abrirse conmigo y me lo confesó todo.
Era la primera vez que la golpeaba, y que él le había prometido no hacerlo nunca más, que atravesaba por un mal momento con sus padres, en el trabajo… vaya, una escena que realmente me resultaba conocida.

Y mientras más hablaba, más veía las secuelas del “desliz” provocado por un mal momento. Imagínese usted que todos atravesáramos por un mal momento y descargáramos la rabia con los que están al lado. Que quedaría de nuestra pobre y ya maltratada humanidad.

Y lo que más me molestaba es que a pesar de todo, siguiera buscando justificaciones para su conducta violenta, todavía hoy me pregunto en qué casos se justifica que un hombre golpee a una mujer…

La violencia intrafamiliar no es un fenómeno ajeno a Cuba. No cree en nivel intelectual, en color de piel, status social o credo religioso. Puede parasitar cualquier hogar, comunidad o grupo social y manifestarse de muchas formas.

La Organización Mundial para la Salud (OMS) define la violencia: “el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muertes, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.
Puede ser de índole física, psicológica, sexual, y está relacionada con los comportamientos dominantes, de unos hacia otros. Este tipo de violencia en la familia es también llamada “violencia doméstica”.

El problema de la violencia está en su reconocimiento. Es el de hacer un alto en nuestras vidas y decir, ¿por qué tengo que aguantar que me maltraten, en alguna ocasión le di yo el derecho a alguien a que me maltratara?

Independientemente de la sociedad, la labor de las instituciones y la influencia de los medios de comunicación, no cabe dudas que es en la familia donde se siembran los gérmenes de los golpes del mañana.

Recuerdo como el abuelo de un amigo de mi hijo, le enseñaba la importancia a su nieto de ser el primero en dar un golpe en cualquier disputa. Si el contrincante era mayor en corpulencia dar el primer golpe más que una opción era un imperativo, lo mismo era defenderse con piedras o palos. Y que nunca se dejara meter por una mujer, que era lo peor que le podría pasar a un varón. Que le metiera, más suave, pero que le metiera. ¡Y casi vomito de solo recordar!

Más que una persona apta para defenderse en el mundo, lo que estaba inculcándole a su nieto la personalidad de un hombre machista y abusador en potencia. El tiempo no lo quiso así, y hoy por hoy, es un gran amigo de mi hijo y excelente persona en su familia. Gracias a Dios.

El dolor físico pasa, y aunque las cicatrices quedan, las heridas siempre sanan. ¿Y la moral, la vergüenza? ¿También sanan?

Mi amiga tiene miedo de ir a su casa. Ruega porque le vaya bien a su marido en el trabajo y que nunca más tenga problemas. Vive la incertidumbre de los que esperan lo peor en cualquier momento.

Siente miedo de demorarse en su trabajo, de ir a casa de una amiga e incluso de pintarse los labios no vaya a ser que sean los causantes de cualquier pelea que genere una golpiza.

En Cuba existe la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que sin lugar a dudas tiene dentro de sus principales funciones la defensa de los derechos de la mujer. Activamente lucha por la concientización dentro de sus afiliadas y comunidad en general sobre los peligros que entraña la violencia hacia cualquier miembro de la familia.

La Federación de Mujeres Cubanas tiene gran importancia en el proceso de orientar a mujeres que han sido objeto de cualquier tipo de agresión, formando equipos multidisciplinarios con abogados, psicólogos y otros especialistas en la Casa de
Orientación a la Mujer y a la Familia.

Muchas de las ideas entorno al desenvolvimiento de la mujer en la sociedad cubana, se encuentran plasmadas en la Revista Mujeres.

La directora de la Revista Mujeres, Isabel Moya, en entrevista publicada por el sitio de la Televisión Cubana se refirió que hasta hace unos años el tratamiento en Cuba de la violencia de género por los medios audiovisuales resultaba casi nulo. En mi opinión es aún una tarea pendiente por los realizadores cubanos.

Muy a mi pesar no logré convencer a esa amiga de ir a consultar a un especialista. Ese es un fracaso mío y de ella por el desconocimiento y por la cobardía.
Aún llega a su casa con miedo y toparse cara a cara con la violencia. Yo solo la escucho pero nada más puedo hacer en tanto no se llene de valor y de el primer paso sola.

lunes, 25 de enero de 2010

El ángel de Santiago de Cuba






Estas son varias imágenes del ángel de la Santa Basílica Metropolitana, la Iglesia Catedral, y se debe al ingenio y obra de Carlos Segrera.

Entre los años 1916 y 1922, Segrera estilizó las torres, pintó y adornó su interior, varió la fachada neoclásica agregando elementos compositivos y figurativos clásicos, mandó esculpir un ángel de mármol sobre el acceso principal y abrió los nichos donde se colocaron las esculturas de Cristóbal Colón y el padre Bartolomé de las Casas.

Las fachadas laterales son sencillas, no así la principal que es la que presenta mayor carga decorativa: columnas corintias pareadas sobre pedestales, frontón y arcos tomados de la arquitectura clásica y majestuosas torres campanarios.

La desafiante Iglesia Catedral de Santiago de Cuba





Destruida por las llamas en varias ocasiones, codiciada por corsarios y piratas, víctima de terremotos y azotada por los huracanes, se erige hoy la Catedral de Santiago de Cuba como uno de los lugares más bellos y antiguos de nuestra ciudad.

Considerada una joya de la arquitectura de nuestra urbe, no siempre mostró la cara que hoy conocemos. Y ello se debe a que a lo largo de sus casi 500 años de existencia, ha sido reconstruida en cuatro ocasiones distintas.

La ambición de corsarios y piratas que rondaban por el Caribe hizo que fuese reconstruida durante los años 1666 y 1670. Posteriormente, durante los terremotos de 1678, 1766, 1852 y 1932, trajeron como consecuencia que quedase parcial o totalmente destruida. Y es que la Catedral de Santiago de Cuba ostenta el no deseado record de ser la edificación de su tipo que más veces ha sido reconstruida y remodelada en nuestra ciudad.

Ubicada en el parque Céspedes, posee un inconfundible estilo que la hace paradigma de la arquitectura eclecticista de Santiago de Cuba. Esto se debe a que la fachada que en la actualidad muestra, es fruto del talento del arquitecto Carlos Segrera, quien mantuvo detalles del neoclasicismo y añadió algunos elementos de la arquitectura clásica: columnas de orden coríntio, arcos y torres. Completan la fachada principal dos esculturas de mármol: una del Padre de las Casas y la segunda del primer descubridor de Cuba, Cristóbal Colón.

Aunque estas modificaciones se realizaron entre los años 1916 y 1922, existe una curiosidad, y es que Segrera decidió mantener el diseño original de una de las fachadas del inmueble, la que corresponde con la parte del fondo.

La Catedral de Santiago de Cuba es una obra de arte que atesora en su interior verdaderas obras de arte: la pintura del Santo Ecce Homo, tablilla de 330 mm de altura y considerada como la más antigua del país; obras pictóricas de los siglos XVII y XVIII y el Coro de los Canónigos, que es una obra exquisita de ebanistería, y muchas más.

La Iglesia Catedral de Santiago de Cuba, Consagrada Santa Basílica Metropolitana desde 1879 por el Papa Pío IX, embellece nuestra ciudad con un estilo arquitectónico de inigualable belleza y ofrece a quien la visita, una de las vistas más fabulosas del casco histórico.

Otras fotos de la Catedral disponibles en http://www.guije.com/templos/catedrals/index.htm

Un avión parqueado en Santiago de Cuba




Nunca me canso de comentarlo: Santiago de Cuba es una ciudad surrealista!

La imagen no es un montaje, es una escena cotidiana de los transeúntes del barrio Vista Alegre.

El título de este post bien podría ser el título de una novela o síntoma de mi no tan eveidente locura. Pero lo cierto es que en esta ciudad existe un avión estacionado en la calle.

Lo que sí es cierto, es que no pocos niños han soñado que surcan los cielos montados en él cual si fuesen pilotos de la Segunda Guerra Mundial. Pero el asombro y desconcierto no es solo privativo de los más pequeños.

Mentirosa me llamaron el día que le comenté a unos amigos de otra provincia sobre la existencia de este sui géneris avión, y boquiabiertos quedaron todos cuando lo vieron por primera vez.

Nada, que tras participar activamente en la Guerra de Corea, un avión decidió librar su última batalla en esta urbe cubana: ser el responsable de los sueños de cientos de niños santiagueros.

Lo que poco conocen es que esta aeronave, fuente de las más extrañas fantasías viajeras, realmente remontó mares y montañas. Tras haber sido empleado como avión de entrenamiento y reconocimiento, y participar en la guerra de Corea, llegó a suelo cubano en 1962, donado por Nikita Krushov.

Este avión subsónico MIG 15 UTI fue construido en Rusia en el 1947, y en sus años mozos alcanzaba velocidades de combate de hasta 850 Km/h, equipado con cañones de 20, 23 y 37 mm.

¿Y cuál podría ser el sitio en tierra escogido para aquel que otrora surcara cielos?
Ninguno mejor que el Palacio Provincial de Pioneros “Una Flor para Camilo”, aeropuerto gigante donde a diario despegan las mentes de cientos de niños santiagueros.

Donado en 1975 por el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, hizo su último viaje hasta su actual morada, el Palacio Provincial de Pioneros. Institución que está próxima a cumplir, el 6 de julio, su aniversario 35 de inaugurado, y que ha contribuido, desde los primeros momentos, a la formación vocacional e integral de varias generaciones de cubanos.

A varias décadas de ser convertido en un santuario de formación de niños santiagueros, alberga en su interior diferentes especialidades de corte científico-técnico, deportivo- recreativo, patriótico, cultural, etc.

Con más de 40 salones que alojan los diferentes círculos de interés y talleres, esta institución también posee un bosque martiano, un anfiteatro, una fuente dedicada a Camilo Cienfuegos y una sala de cine.

Aún cuando los miles de cubanos que en 35 años han pasado por sus diferentes áreas no se convirtieron en pilotos, de seguro el Palacio Provincial de Pioneros “Una Flor para Camilo” es el responsable de sembrar en no pocos el bichito del amor por la agronomía, por la apasionante y necesaria labor de los bomberos, o quizás varios son actualmente músicos después de ser integrantes de la banda de dicha institución. Nada, que no solo en el cielo se puede volar.

martes, 19 de enero de 2010

La alegría viene en personitas pequeñas



Esta es Paloma, la última alegría de mi vida.

Parece mentira los arrebatos que es capaz de arrancarnos una personita que a duras penas se mantiene despierta.

Mi día no comienza con el desayuno, ese es solo el preludio de darle un beso. Son los simples detalles de su desarrollo los que nos asombran: los pelos que se le cayeron, la primera vez que le cortaron las uñas, mi extraño regocijo con su cara de llanto, las sandalitas que le regalaron y que le quedan como hechas a manos...

Disfruto su cara de espanto cuando le dan la su dosis diaria de vitamina C o cuando le cambian la leche por agua... no sabe que esa cara la repetirá una y otra vez a lo largo de su vida, y entonces yo ya no la disfrutaré como hoy lo hago.

No es mi hija, ni siquiera mi nieta, es mi sobrina nieta pero la quiero por igual. Qué manera de quererla!

Ayudar o Compartir: esa es la cuestión

“Mi esposo me ayuda a cocinar”, “mi hijo nunca quiere limpiar”, “pues a mí, tanto mi hijo como mi esposo me ayudan con los quehaceres de la casa”. Estos, entre otros, son comentarios habituales en conversaciones entre amigas, vecinas y compañeras de trabajo.

Qué pena me dan estas mujeres que así se expresan. Es que acaso no saben que NO se trata de ayudar SINO de compartir. Que en el hogar tanto derecho y deber tiene uno como otro, y entiéndase bien, que no sólo se trata de la pareja sino de los hijos sean del género que sean.

Según el DRAE la palabra ayudar (Del lat. adiutāre), tiene entre sus acepciones la de: 1. Prestar cooperación 2. Valerse de la cooperación o ayuda de alguien.
Sin embargo lo más importante es lo que subyace a dichas expresiones desde lo socialmente asignado a mujeres y hombres:
Mujeres = dueñas de lo privado
Hombre = hechos para el espacio público

Lo cual ocurre aún cuando en nuestros tiempos las mujeres cuenten con una importante presencia en la vida laboral y social y los hombres participen mucho más de lo doméstico y sobre todo del cuidado de los niños(as)

En las sociedades patriarcales (como la nuestra) y según las asignaciones tradicionales, la mujer está hecha para lo privado y esta es su área de expresión y realización por excelencia, de manera que es su responsabilidad velar por la realización de las labores domésticas y el cuidado de los niños, incluso se naturaliza su participación y habilidad para las mismas, como si les fueran dadas “por naturaleza”, o fueran “condiciones biológicamente dadas”, así escuchamos a muchas decir “es que los hombres no saben hacer nada”, “prefiero hacerlo yo y que quede bien”, sin percatarse de que es cuestión de entrenamiento cotidiano, para el cual desde los primeros años de vida se instruye a las mujeres al darle para jugar muñecas, juegos de cocinitas…

Al ser lo doméstico un espacio que compartimos y cuyas tareas resultan imprescindible desarrollar, aunque sean muchas veces monótonas y agotadoras (toda vez que hay que realizarlas luego de la jornada laboral), pensemos en que son todos los miembros de la familia responsables de las mismas, por tanto no se trata de que “ayudemos” a las mujeres a hacerlas, sino de que las compartamos, colaboremos o cooperemos de igual manera en su realización.

Según el DRAE Compartir (Del lat. compartīri) significa: 1. Repartir, dividir, distribuir algo en partes 2. Participar en algo. Colaborar (Del lat. collaborāre) se refiere a: 1. Trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra 2. Contribuir con otros al logro de un fin; y Cooperar (Del lat. cooperāri) alude a:

1. Obrar juntamente con otro u otros para un mismo fin.
Las tareas domésticas resultan un trabajo no remunerado, para el cual no fue nadie legalmente contratado, entonces compartámoslas.
La familia es la institución primaria de socialización, en tanto el primer grupo social de inserción, los patrones allí aprendidos son trasladados a otros espacios y grupos, y aunque estos también influyen en la conformación de los mismos y a través de su influencia pueden ser modificados, no deja de ser la familia el medio esencial de socialización. Es por ello que proveer y exigir patrones no sexistas a nuestros hijos, garantiza en alguna medida el cambio de los comportamientos que trasladaran a sus futuras familias, y con ello la transformación de muchos prejuicios y tabúes.

La masculinidad, así como la feminidad, debiera no definirse por el tipo de actividades que desarrollen hombres y mujeres, sino por la cantidad, variedad y calidad de las acciones que emprendan cada uno de ellos a favor de la sociedad y de cada una de sus instituciones socializadoras, entre las que la familia cobra particular importancia. Todo ello, en definitiva, nos hace más humanos.

Una dinámica familiar basada en cuestiones como estas, se ha comprobado por los especialistas en el tema, que redunda en una mayor calidad de vida de la familia, en más altos niveles de salud física y psicológica de cada uno de sus miembros, en mayores niveles de comunicación y códigos comunes entre los mismos y de preparación para la vida y autonomía, independientemente del género. Se logra además mayor eficacia y eficiencia en el desarrollo del trabajo doméstico y por tanto más tiempo para la realización de otras actividades (recreativas o de otro tipo) que cada familia elija.

sábado, 16 de enero de 2010

Los cocineros que asaltaron el Moncada.

Años atrás, hubo en Santiago de Cuba un amanecer de la Santa Ana diferente. Aún cuando en las calles se respiraba la alegría del carnaval, el olor de la cerveza y de las fiestas, el ambiente tenía un toque distintivo que hacía la mañana del 26 de julio, un amanecer único.
Desde los primeros albores, corría por la ciudad el rumor de que unos cocineros habían asaltado el cuartel más importante de nuestra ciudad: el Moncada.
Pero esta historia comienza un año atrás, en 1952, cuando un grupo de jóvenes, 17 parejas en total, decidieron que al año siguiente se disfrazarían todos iguales. Pero por esos azares que tiene la historia y que entrecruza los destinos de las personas, se vincularía este suceso aparentemente inocente, con uno de los acontecimientos más importante ocurridos en nuestra ciudad.
El grupo de cocineros irrumpió alegremente en la calle Trocha, causando gran impresión debido a la uniformidad de sus carnavalescos atuendos: hombres vestidos con pantalones y camisas blancas hechos de sacos de harina, semejante a los cocineros, y mujeres disfrazadas de sirvientas, con vestidos negros, delantales blancos y cofias en las cabezas. Así vestían los protagonistas de esta historia.
Disfrutar de la fiesta popular, tomarse una cerveza fría, bailar al compás de un grupo musical y terminar la velada en el Cabaret San Pedro del Mar, era el plan para esa noche. Y así sucedió, todo comenzó y terminó según lo planeado. O al menos eso pensaban ellos.
Lo que ninguno podía suponer era que los disfraces de cocineros estarían vinculados a uno de los hechos más importantes de la historia de Cuba: el asalto a la segunda fortaleza militar del país.
Hasta este momento, usted podría decir que esto es fruto de la casualidad, o quizás de esa capacidad que tenemos los cubanos de fabular los hechos. Pero el destino, el sabio destino y nadie tan antiguo como él, no lo quiso así.
Pepé Vázquez, uno de los cocineros y supuesto asaltante, era el dueño de Villa Blanca, conocida así por los antiguos dueños, y posteriormente bautizada por la historia como la Granjita Siboney.
Cuando conoció de los sucesos del Moncada, y que los jóvenes provenían de su casa de verano, provocó un gran susto en él y en su familia. Pero esto no termina aquí, cuando vinieron a buscarlo a su casa y lo arrestaron, fue muchísimo peor.
¿Y piensa que aquí termina la historia? Pues sepa que no, aún otras cosas debían sucederle a la familia. Aún otras casualidades les tenía preparado el destino.
Horas después de la detención de Pepé Vázquez, el teléfono de su casa no descansaba, la lluvia de llamadas informaban lo mismo: en la calle las personas aseguraban que habían sido los más de treinta cocineros los que habían asaltado el Cuartel Moncada.
Y ahora sí que no quedaba lugar a dudas: habían relacionado a Pepe Vázquez, dueño de la Granjita Siboney y uno de los cocineros de nuestra historia, con uno de los asaltantes. Días después todo se aclaró, fue el propio Fidel Castro quién exoneró a Pepe Vázquez y su familia de toda relación con la acción militar.
Quizás en una historia diferente, en otro tiempo, en otro lugar, con otros protagonistas, esta anécdota no hubiese sido algo más que un cuento para nietos, un cuento para reír. Pero en Cuba, antes de 1959, por casualidades más inocentes se llenaban listas de personas asesinadas.
Entonces es válido imaginar el horror que vivieron unas personas que por las eventualidades que tiene la vida, un grupo de personas, inocentemente, se vieron vinculados a un hecho de nuestra historia.
Años después, cuando se acerca la fecha, recuerdan el hecho con cierta risa de complicidad aquella mañana de la Santa Ana.
Así termina una historia de personas comunes, hombres y mujeres que por los azares del tiempo se relacionaron con el asalto al Cuartel Moncada, un hecho importante de la historia de Cuba y que marcó el curso definitivo del triunfo de nuestro proceso revolucionario.

La ciudad de los escalones


Esta es una urbe llena de historia, singularidades y caprichos de la naturaleza. En ella se ubica el punto más alto del país, el Pico Turquino ubicado en la Sierra Maestra, la cadena montañosa que sirvió de epicentro del gran terremoto que fue la Revolución Cubana.

En la ciudad santiaguera también se encuentra el antiguo Cuartel Moncada, que como dijera Fidel Castro, fue el motor pequeño que encendiera uno más grande. Y como si esto fuera poco, aquí se halla La Gran Piedra, que a pocos kilómetros de la ciudad se erige como uno de los parajes de la geografía cubana que más desafía la mente e imaginación de quienes la visitan: meteorólogos, biólogos, botánicos, fotógrafos, excursionistas, alpinistas, etc. Pero estas son solo algunas de las maravillas que hacen de Santiago de Cuba una ciudad diferente. Existen otras menos conocidas.

Como modelo a gran escala de un enrevesado diseño arquitectónico, se trazan las calles santiagueras cual si fueran pasillos de un laberinto. No pocas personas y sí en muchas ocasiones, nos ha sorprendido la risa cuando nos hemos perdido paseando por la ciudad.



En otras oportunidades, nos asalta la duda del por qué de las escalinatas: necesidades de la planificación de Santiago de Cuba, o simples caprichos diabólicos de los arquitectos que han habitado en la ciudad por siglos, y cuyo objetivo era el de burlarse de las mentes. Y no es extraño dudar, ¡Santiago de Cuba es la ciudad que más escalinatas tiene en toda Cuba!

Pero, por supuesto que la construcción de las escalinatas no responde al goce de los ingenieros, sino a las dificultades que se toparon los colonizadores a su llegada a esta lejana geografía.

La compleja y atípica topografía santiaguera está dividida en tres terrazas naturales, trajeron como consecuencia que el trazado de las calles, también fuera complejo y atípico. Así es como aparecen las escalinatas como vías de acceso para llegar a todos los parajes de la villa y futura ciudad.

Aunque existen otras opiniones que ubican la fuente de inspiración de tan especiales calles en el plano de la defensa militar, basta con recordar que la Villa de Santiago de Cuba era en el tiempo de la colonia uno de los principales puertos de Cuba, lo que la convertía además, en perla muy preciada por corsarios y piratas.
Hasta nuestros días llegan alrededor de 15 calles escalonadas, siendo la más conocida y popular, la Escalinata de Padre Pico.



Según cuenta la historia, en una ocasión un gallego llegó a la ciudad y estableció un negocio en la esquina de la loma. Este gallego se llamaba Juan Corvacho, de ahí que este lugar, conocido como Loma Hueca, popularmente adoptara el nombre de Loma de Corvacho.

Precisamente en aquella empinada loma se construyó, en los primeros años del siglo XX, la escalinata que actualmente hay, por orden del entonces alcalde de la ciudad Don Emilio Bacardí Moreau.

La decisión de nombrarla Padre Pico tuvo como objetivo homenajear toda la labor humanitaria que desarrolló el Padre Bernardo Antonio Del Pico y Rodín a favor de los pobres y enfermos. A él se debió la creación de la antigua Casa de Beneficencia de la ciudad.

Con más de cien años de existencia, cuantas cosas podría contar la Escalinata de Padre Pico. Si le preguntásemos, sin dudas describiría con dolor la vez que fue testigo del asesinato de tres jóvenes revolucionarios de la lucha clandestina santiaguera: Tony Alomá, Pepito Tey y Oto Parellada.

Ubicada en la calle Padre Pico, esta escalinata se encuentra cerca de la Loma del Intendente, entre las céntricas calles de Santa Lucía y Santa Rita. Con ella, la ciudad ganó un mirador en el mismo centro de la urbe.

Pequeña para quienes juegan a saltar entre sus escalones, e inmensa para quien arrastra varias décadas en sus cabellos, la Escalinata de Padre Pico cuenta con 52 escalones, repartidos con 4 peldaños y uno de descanso, así sucesivamente hasta sumar 5 en total.

Pero todas las calles escalonadas de la ciudad no tienen la misma estructura: algunas no poseen peldaños de descanso, estas son las que se ubican en pendientes poco elevadas y que por tanto no requieren de tanto esfuerzo; y ocurre todo lo contrario con las que se sitúan en las lomas más inclinadas, pues estas poseen más de 50 escalones y muchísimos peldaños de descanso.

Otras escalinatas solo se encuentran en el área correspondiente a las aceras, permitiendo así el tránsito de los vehículos y de los peatones con mayor facilidad para estos últimos. Y a pesar de que existen más de 15 diseminadas por toda la ciudad, aunque la mayoría se encuentran en el centro, algunos estudiosos plantean que debido a la abrupta topografía, en realidad se precisan muchas más, uno de estos tramos es, por ejemplo, el de San Basilio, entre Corona y Padre Pico, en cuya cima descansa el Balcón de Velázquez.



Si bien las escalinatas dificultan el traslado de los automóviles e impiden que sus vecinos puedan contar con parqueos para vehículos, estos se consuelan con la oportunidad de tener un espacio de eterna tranquilidad en el que pueden conversar, reunirse para pasar una tarde jugando dominó, o simplemente la utiliza el cuentero del barrio como tribuna para sus chistes.

Nada, que Santiago es la ciudad de las montañas, las lomas y las escalinatas.

Igualdad en la igualdad de géneros.

Durante décadas el tema de la igualdad de género ha acaparado, en numerosas ocasiones, las agendas de organizaciones sociales y distintas personalidades. A la tan mencionada y anhelada igualdad entre el hombre y la mujer, se le han dedicado esfuerzos durante ya muchas décadas con resultados tangibles, pero aún muy lejanos de las aspiraciones.
Por supuesto que Cuba no escapa a esta realidad. Y claro, la Federación de Mujeres Cubanas es protagonista en nuestro país de esta lucha por la emancipación de la mujer, así ha sido la labor de esta organización desde sus inicios.
Pero lo que resulta un tanto contradictorio es que en sectores menos populares y sí más selectos, se entienda esta igualdad de género entre el hombre y la mujer, como el derecho natural de estas últimas en relación al llamado sexo fuerte. Igualdad no biológica, claro está, sino a tener los mismos derechos en la sociedad y las mismas posibilidades de acceso a diferentes empleos, cargos públicos, en la dirección del país, etc.
¿Pero qué sucede cuando es al contrario, cuando son los hombres los que transgreden la barrera impuesta por quien sabe quién?
Ya desde la década de oro de los Beatles, los varones de cada hogar, estéticamente hablando, dejaron de parecerse tanto a sus padres con sus cortes de cabellos cortos, y lucieron el pelo largo al más puro estilo de la banda de rock inglesa.
Con excepción de una que otra cultura más antigua, el cabello largo había sido privativo de las féminas.
Precisamente, también es a finales de la década de los ´60 cuando se desarrolló en los Estados Unidos el movimiento pacifista de los hippies, que pasaron a la historia, entre otras cosas, por la capacidad movilizadora, el descuido de la imagen, y por qué no, por heredarnos esas ropas atrevidas y coloridas, desenfadadas, donde lo mismo un hombre usaba una falda, collares, y cuanto aditamento o vestimenta se le ocurriese sin importarle si su uso fuese tradicionalmente de las mujeres.
Pero actualmente no vivimos en la década de los ´60, al amparo del fenómeno cultural que fueron Los Beatles, ni en el contexto propiciado por el movimiento social pacifista de los Hippies.
Entonces, ¿qué sucede hoy día?
En el mundo del mercado, sucede algo muy llamativo: los hombres consumen igual o mayor cantidad de cosméticos y productos de belleza en general que las propias mujeres. Visitan centros especializados en tratamientos faciales, de manicure, a los estilistas, visten ropas de diseñadores exclusivos, de la misma forma que hablan de football o de electricidad, lo hacen de una obra de teatro, de decoración de casas o de arreglos florales, se quedan en casa cuidando a sus hijos, cocinan, incluso, lloran en público pues ya no esconden sus emociones…
Seguro que esta descripción coincide, para muchos, con la de los homosexuales, pues estas son algunas características que esquemáticamente le son atribuidas. Pero se equivocan, pues atrás quedó la época en que al hombre le bastaba con una crema para afeitar y una colonia.
El término metrosexual vendría a modernizar la historia de narciso, pero más allá de hombres que admiran y cuidan enfermizamente su imagen, esta palabra implica cambios en las prácticas de los hombres, tanto en el área física, como en las costumbres.
Los metrosexuales son hombres de orientación heterosexual que no temen a los estigmas sociales: cuidan su imagen al igual que lo haría una mujer, no reprimen sus emociones y se interesan por temas tradicionalmente atribuidos a las mujeres. Por ello, aunque lo parezca, nada tiene que ver con una orientación sexual, aunque en ocasiones sufren el mismo desprecio que los homosexuales.
El concepto “metrosexual” fue empleado por primera vez por el periodista Mark Simpson, y se refiere al hombre generalmente joven, que vive en las metrópolis y goza de una vida sofisticada que le proporciona el dinero.
El hombre metrosexual no viene a ser un “nuevo” tipo de hombre, sino que es producto de las campañas publicitarias y de los modelos de belleza impuestos por los medios de comunicación. En ello influyen algunos iconos a nivel mundial: futbolistas como David Bekham o actores de Hollywood como Brad Pitt.
En Cuba no existan campañas publicitarias dirigidas a potenciar el consumo de productos de belleza por parte del segmento más joven de la población masculina. De hecho, salvo cremas para afeitar o maquinillas, resulta imposible encontrar siquiera una campaña que promocione al menos un champú dirigido para los hombres.
Pero ello no impide para nada el florecimiento en los jóvenes cubanos del deseo de consumir estos productos. En ello influyen la imagen que transmiten nuestros medios nacionales de actores y cantantes cubanos e internacionales.
El fenómeno del hombre metrosexual existe en Cuba. De la misma forma que vive el reproche por la introducción por parte del hombre de roles tradicionalmente asignados a la mujer. Y por ello se les tilda de homosexuales, con la discriminación que acarrea.
Si se habla de igualdad de géneros, ¿no habría entonces que redimensionar el término y respetar también al hombre cuando transgrede las barreras, pero hacia el otro lado?. Qué opina Usted?.

sábado, 9 de enero de 2010

El género sobre el tapete

El último día que nos reunimos en casa un grupo de amigos, escuché acerca de “la sumisión y la obediencia a que son sometidas las mujeres en muchas partes del mundo”.

Unos estuvieron de acuerdo, otros prefirieron escuchar y los menos, donde me encontraba yo, empezamos a polemizar acerca del género como fundamento de utilidad para el análisis de la condición de vida de mujeres y hombres.

Los del último grupo dejamos bien claro que desde la sociedad primitiva hasta el presente, la humanidad ha sido testigo de las más diversas manifestaciones de subordinación de las mujeres a los hombres, y éstas han andado desde las más burdas expresiones de segregación y aislamiento, hasta las formas más ladinas y cautelosas de acatamiento a los esquemas que han definido la estructura de la sociedad patriarcal.

A partir de ese punto coincidimos, que todo lo relacionado con el género, es tema recurrente desde hace ya un buen tiempo, lo mismo en círculos de amigos, medios de difusión, propaganda, etc.

Las féminas participantes en el debate dejamos bien claro que la realidad cubana actual muestra que a pesar de la creciente inserción de la mujer en los diferentes espacios de la vida social y los cambios ocurridos como consecuencia en sus identidades de género, continuamos siendo partícipes de una sociedad profundamente diferenciada, con su inevitable implicación en todos los órdenes. Una revolución social implica siempre la revolución cultural, aunque no en la misma medida y velocidad.

Pusimos ejemplos de lo que hacen tanto el movimiento feminista internacional y en el caso nuestro, la Federación de Mujeres Cubanas, FMC, en este sentido.

Para encaminar de cierta manera este debate cuyo escenario fue mi casa, le expliqué a quienes no sabían, que el género es una categoría de suma importancia, que además, facilita el análisis y la comprensión de la condición femenina y masculina, y permite explicar cómo se produce la construcción de las subjetividades atendiendo a la significación social de cada sexo, lo que se contrapone al discurso androcéntrico que ha distinguido a la ciencia durante siglos.

Una arquitecta presente en la conversación, pero defensora del tema argumentó también que los estudios de género son sometidos a reevaluaciones y cuestionamientos constantes, suscitando polémicas y generando posturas científicas muy diversas, por lo que resulta difícil plantear un sistema de conocimientos acabados en torno al tema.

La lucha por el logro de la equidad de género y el bienestar social, expresado en sus diferentes formas, constituye parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que con vistas al progreso humano se aprobaron en la Cumbre del Milenio en el año 2 000, Organización de las Naciones Unidas, ONU 2003.

Rosado o azul?



Me encontraba en casa de mis padres cuando mi sobrina, que está embarazada, llegó llorando.

Alarmados le preguntamos la causa de su lamento si el médico le acababa de confirmar que todo estaba correcto para su tiempo de gestación.

Cuál es el problema entonces?, la interrogamos.
Para sorpresa nuestra la respuesta fue “se había ilusionado con tener una niña” y el médico le acabada de dar la noticia de que traía un varón.

Más inquietos todavía quedamos los que nos encontrábamos en la casa. Fue entonces que aclaró la duda “todo, absolutamente todo lo que tenía comprado era rosado”.

Hasta nuestros días llega la tradición de que ese color identifica a las niñas y el azul a los varones. Y eso, al decir de los Psicólogos, se basa en los estereotipos dominantes sobre lo que es apropiado e inapropiado para reconocer el sexo de los recién nacidos.

De modo tal que si uno se desvía de lo que muchos consideran una usanza “razonable” “bonita” “tradicional” “lógica”, pues el nuevo ser verá afectado ya desde ese momento, su identidad femenina o masculina.

Por ello modificar las normativas y los paradigmas constituye un empeño necesario para quienes intentan alcanzar posiciones de equidad. NO obstante, resulta interesante también, transformar otro conjunto de condiciones, como la subjetividad de quienes sustentan dichas posiciones y por tanto, de las identidades de género en las que se manifiestan.

La realidad actual, por lo menos la cubana, muestra que a pesar de los esfuerzos en la educación desde las edades tempranas y la divulgación continuamos siendo partícipes de una sociedad profundamente diferenciada, con su inevitable implicación en todos los órdenes que va mucho más allá del simple color rosado para las niñas y el azul para los varones.

El asunto del rosado o el azul es mucho más complejo, a nivel de lo identitario refuerza todo un sistema de expectativas, costumbres, mitos y estereotipos, que se construyen socialmente y se asignan a hembras y varones de manera diferenciada y dicotómica.

Más tarde se les enseña que los niños no lloran y que no juegan con muñecas (quizás por eso años después, una vez padres, no saben qué hacer con un bebé, ni cómo cargarlos, bañarlos, darles la comida o cambiarles el culero). También se les guía a darles la mano a los varones y besitos a las niñas, por eso no besan a sus a sus papás….
se les dan para jugar pistolas, carros, espadas y se les incita aún sin proponérselo y muy sutilmente, a la violencia y luego se les reclama por esos comportamientos.

En cambio a las niñas se les educa desde las primeras edades y a partir del rosado la ternura, la pasividad, se les enseña a “ser madres” y “amas de casa”, al entregarles muchas muñecas y cazuelitas. Se les prepara para ser recatadas y tolerantes. No obstante, aunque muchos(as) critican a aquellas niñas que andan jugando “juegos de varones”, este comportamiento es más aceptado que el de los niños que intentan insertarse en los “juegos de niñas”. Según los especialistas la masculinidad se construye mucho más rígidamente que la feminidad.

Luego como esposas, generalmente se demanda la colaboración los esposos en las labores domésticas y educación de los hijos(as) de manera importante y se juzga su incapacidad.

Solo pensemos una vez más si educamos a nuestros hijos(as) bajo estos principios de coparticipación y equidad, ¿los formamos como personas aptas para enfrentar la vida tal como se presente? ¿educamos a nuestras niñas para realizar labores que demanden fuerza física? ¿educamos a nuestros hijos para la domesticidad?.

En fin que más que rosado o azul, deberíamos comenzar a pensar en que es importante llevar por dentro un poco de ambos colores.

Con el frío, salieron los grillos

Siempre tuve la sospecha de vivir en una ciudad de gente extraña, en una urbe surrealista. Los cubanos recibimos los frentes fríos con una extraña cálida bienvenida. Pero con las bajas temperaturas afloran en nosotros bizarras costumbres.
Es cierto que es Cuba una isla que vive los deportes, pero lo que sí nunca pensé es que los deportes extremos gustaran tanto. O al menos esa es la primera idea que me vino a la mente cuando por las calles andaban las mujeres con shorts cortísimos (y que me perdone el inglés, pero aquí si vale la redundancia idiomática) enseñando bellísimas y regordetas piernas erizadas como la de las gallinas desplumadas.
No sé si fue por el contraste producido por abrigos y chaquetas, pero lo cierto es que en estos días en que los termómetros bajaron de 15 grados, fueron los días de glorias de las camisetas y blusas de tirantes. ¿Es que acaso somos los cubanos el grado superlativo del mito del latino fogoso, o hemos introducido extrañas costumbres europeas en las que 20 grado son un perfecto y agradable verano?
Pero el surrealismo cubano también lo publica la televisión nacional. Resulta un tanto risible y que en los días que más frío ha hecho en Cuba en 2009, Yosvany Noguet nos aconsejase sobre las medidas a tener en cuenta para economizar energía con los aires acondicionados. Realmente eso no es generar eficiencia, ¿no se habrá referido quizás a la calefacción?
Actualmente en Santiago de Cuba el principal centro de venta de helados es objeto de una ampliación muy merecida. Ingenua pensé que eran los días idóneos para evadir las malditas colas, pero parece que somos muchos los oportunistas que pecamos de ingenuo, porque la cola era tan larga como en una calurosa tarde de verano.
El frío es como una máquina que nos traslada en el tiempo… y de lugares. Realmente pensé por momentos que había despertado en la lejana Europa cuando caminaban por las calles abrigos de piel adornados con plumas, pero lo que parecía una ventisca de nieve, resultó una polvareda proveniente de la rehabilitación de la redes hidráulicas de la ciudad de Santiago de Cuba.
Nada, que realmente supe que hacía frío en la ciudad de Santiago de Cuba porque mi gato no dejaba de molestarme en la noche, vaya, que ni el frío amilana al cubano.

domingo, 3 de enero de 2010

Ni abate, ni insecticidas, ni nada…

Si existe una cualidad que identifica a un cubano en cualquier parte del mundo y en cualquier área del saber, es la capacidad de adaptación, en buen cubano, la facilidad de inventar. Pero tiene duros competidores.
Las hormigas han resultado ser todo un dolor de cabeza en cualquier hogar cubano. En la mía, todo comenzó cuando sin querer dejé el recipiente de la basura destapado. Es interesante el sistema de comunicación entre ellas, porque a los pocos minutos ya tenía toda una colonia instalada en mi casa.
Enseguida me dispuse a declararle la guerra química a tan infame enemigo. Probé con algunos insecticidas que sin dudas daban resultado, pero sus precios escapan del presupuesto económico hogareño. A las razones monetarias, se le unió la dificultad de que enseguida las muy pillas cambiaban sus rutas de escape y me era imposible rociar el hogar completo.
Una amiga me dijo que tenía el remedio mágico y mucho más económico: el abate. Y vaya si fue acusadora la cara del trabajador de la campaña contra los mosquitos aedes-egypthis cuando atendió mi extraña suplica de regalarme un poco del asombroso polvo.
Tampoco fue poca mi sorpresa al comprobar que, efectivamente, funcionaba. Tras mi afanosa labor de búsqueda y bombardeo de cada trillito de mi resbaladizo enemigo, me percaté que tampoco funcionaba, porque de cada cien hormigas que asesinaba yo, salían otras mil al rescate de los cuerpos en medio del campo de batalla. Además hay que tener en cuanta que no podía llorarle a los inspectores de la campaña contra los mosquitos en cada visita a mi hogar.
Entonces comprendí que en el arte de la guerra, la información es poder. Se hacía necesario un poco de investigación.
Pues resulta que los científicos estudian las hormigas no solo la especie en sí, que es lo suficientemente interesante. Sino que también lo hacen desde un punto de vista social, pues son insectos con una organización extremadamente compleja, capaces de cometer algunas escalofriantes atrocidades semejantes a la sociedad humana.
Son agricultores de algunas especies de hongos, poseen una especie de ganado compuesta por pulgones los cuales ordeñan, tienen también ejércitos especializados en el asalto a otros hormigueros, capturan esclavos y los huevos de otras colonias los crían como propios. Una semejanza humana indiscutible.
Es verdad que caminan descaradamente por nuestras cocinas y que son causantes de una que otra alergia, en casos extremos son promotoras de la Mirmecofobia (fobia a las hormigas), pero aún así son dignas de estudio y admiración.
Aunque no lo crea, existen especies propias de Cuba. Dentro de los animales que habitan la isla existe un gran nivel de endemismo. A esto no escapan las hormigas de las cuales existen en el archipiélago unas 166 especies conocidas, un 43% son endémicas. Otra peculiaridad de la población de hormigas que existe en Cuba es la gran diversificación de los géneros Camponotus (14 especies endémicas) y sobre todo de Leptothorax (33 especies endémicas).
Las Macromischa son hormigas que pertenecen al género Leptothorax. Entre sus integrantes se encuentran las hormigas más llamativamente coloreadas del planeta. Comprenden 33 especies, de las cuales 30 viven en Cuba, dos en La Española y una en Puerto Rico.
Y es que las hormigas han ganado un espacio en la cultura cubana.
La ciudad de Sancti Spíritus se inserta entre las siete primeras villas fundadas por el Adelantado Diego Velázquez en 1514 (entre los meses de abril y mayo). Antes de la llegada de los españoles, la región estaba habitada por grupos aborígenes que cultivaban la tierra y se dedicaban a la alfarería a orillas del río Tuninucú.
Según cuanta una leyenda, Sancti Spíritus o Espíritu Santo es trasladada a las márgenes del río Yayabo debido a que una plaga de hormigas provocó pánico en la población. (El asentamiento se encontraba a unos ocho kilómetros del lugar donde se halla actualmente).
Es cierto que son molestas en muchas ocasiones. Pero no lo es menos el hecho de que sea imprescindible su función de limpieza dentro de los ecosistemas. De ahí que con éxito se han empleado en Cuba en la agricultura urbana como controlador biológico en plagas como el Tetuán del boniato y la Margaronia de la calabaza.
Y fue esta pequeña investigación la que me hizo pensar que las hormigas no se habían mudado a mi hogar por el mal sano placer de picarme. Entonces me percaté que la razón era una plaga de pulgones que había invadido mis plantas ornamentales, y de estos parásitos, se alimentaban las hormigas.
¿La solución? Agua de jabón y se fueron las hormigas. Muerto el perro, se acabó la rabia.

El difícil arte de decir NO

Ahora se mudó un cantante a mi barrio y piensa hacer de nuestro vecindario su auditorio. No sé si vivo en una plaza pública, en un teatro o en un cabaret.
Todo comenzó el día que arribaron con sus pertenencias. Para asombro y constipación de todos, el primer camión era el que cargaba el armamento y las municiones: tumbadoras, timbales, guitarras, trompetas… y un largo etcétera de artillería musical pesada.
Esa era la señal que vaticinaba problemas entre los vecinos de mi hasta entonces pacífico barrio.
Confieso que cuando se iniciaron los asaltos, no me molestó tanto ni el volumen del sonido ni la selección musical, ni Celine Dion ni Miriam Hernández eran buenas armas para sacarme de quicio.
Pero la cosa se puso seria cuando sacaron los cañones de alto calibre. Y no es que la timba no sea un género muy cubanísimo y de alta factura, pero a las 7 y media de la mañana, ni Vivaldi con su primavera hubiese sido de mi agrado. Muy mala actitud para empezar el día.
Las primeras ideas que me pasaron por la cabeza realmente no eran tampoco muy loables. Primero pensé en el contraataque: un buen coctelito de heavy metal podría ser la solución, una mezcla de Marilyn Manson con Rob Zombie y con el perdón de los clásicos del rock, pero estos eran los que tenían los decibeles necesarios para la ocasión.
Solo faltaba enfilar los bafles y voilá, o al menos eso pensaba yo. Realmente no fue mi gran humanismo el que me persuadió de mi musical idea. La decepción llegó cuando escuché los primeros acordes de la música de Baby Lores, y es que resulta muy difícil equiparar ese tipo de agresión.
La segunda opción no resultó ser mejor. Haciendo un gran esfuerzo, pensé en la posibilidad de trepar por los techos y barandas hasta llegar al dichoso aparato y desbaratarlo a patadas y puñetazos cual si fuese una película de karate. Pero recordé que ni me gustan los malabares circenses ni los filmes de artes marciales.
Recordé entonces que cuando estudiaba en la facultad un principio básico dentro de la comunicación organizacional era la negociación. Llegó la hora de utilizar la labia que por varios años he perfeccionado en mis incontables años ejerciendo la profesión de periodista.
En Cuba, quizás por la necesidad histórica que ha representado la unidad de sus pobladores o por un reforzamiento del sentimiento gregario, la verdad es que en nuestro país los vecinos juegan un rol esencial en el desarrollo de la sociedad. Esa es la piedra fundamental sobre la cual se erige un invento puramente cubano: los CDR.
En no pocas ocasiones son los vecinos los que en situaciones de emergencia o de catástrofe han estado allí donde la familia no ha podido llegar. Así que decidí darle una oportunidad al lenguaje y tratar de comunicar mis desavenencias con mis hermanos vecinos.
Primero lo básico, las reglas básicas para una satisfactoria negociación.
- El que más grita no es necesariamente el que tenga la razón, hay que dejar hablar las personas, pues mientras se habla, no escucha. La naturaleza nos dio una lengua y dos oídos, es por ello que se debe escuchar más de los que se habla.
- Los gritos vienen de la cólera, de ahí que se hace necesario mantener los humos, porque la cólera obscurece el razonamiento. Cuantas veces no hemos expresado sentimientos e ideas que realmente no sentimos, y que han mellado relaciones.
- Escoja el escenario, elimine, siempre que pueda, todo tipo de distracciones. El hombre hizo ciencia cuando tuvo el estómago lleno, los mejores razonamientos, vienen de las mejores sillas.
- La negociación es un diálogo, y todo diálogo necesita al menos de dos partes que se comuniquen. Y una buena comunicación necesita de dos personajes que entiendan cada uno las razones del otro. No se trata de tolerancia, pues requeriría de cierta jerarquía. Lo que se busca es aceptación, de unos a otros, con sus defectos y virtudes.
- Persuada al otro con argumentos para convencerlo, siempre a sabiendas de que nadie posee la verdad absoluta. Proponga soluciones respetando las diferencias. Establezca y priorice los rasgos comunes y trabaje en la solución de las diferencias.
Yo aún no he conversado con mis vecinos pero pronto lo haré. Estoy segura que teniendo en cuenta estos consejos lograré buenos resultados en pos de un entendimiento.
Pero también estoy segura de algo más. Estos principios básicos de la negociación, pueden ser aplicados en todas las aristas de la vida: en el trabajo, en la familia, en la pareja, y claro está, con los vecinos.

Dónde está mi caballero galante…

Confieso que reí el día en que escuché una conversación entre dos pequeños sobrinos míos, uno de siete y el otro de cuatro años. Hablaban de lo que tenía que hacer uno de ellos, el mayor, para enamorar a una muchacha.
Extrañados e incrédulos fueron sus miradas cuando le sugerí que le regalara una flor, que compartiera su merienda a la hora del recreo, o que simplemente le tomara de la mano y que le dijera lo linda que había ido a la escuela ese día.
Para mi sorpresa y primero diversión, me respondieron que de eso nada, que lo que había era que darle un beso en la boca, y que lo de las flores, eso era una guanajería.
Digo que primero fue muy divertido, porque me sorprendió el carácter práctico de su respuesta, más común en una persona de otra edad. Pero que habría de esperarse de un niño, fuente fidedigna y de sinceridad pura, y si además es de un niño cubano, un toque de picardía y de maldad sana no faltaría en sus respuestas.
Pero luego llegó la reflexión: ¿es que acaso el antiquísimo lenguaje de las flores experimenta la agonía de la extinción? ¿Es solamente la apatía ligada con la inexperiencia que en ocasiones hacen presa de los niños, o es la evidencia de que son ellos herederos de un fenómeno que ha ido ganando sitio dentro de la sociedad cubana?
De pronto me puse a hacer un ejercicio de la mente, y sinceramente no recuerdo cuando fue la última vez que una amiga mía haya sido seducida al más puro lenguaje de flores y olores.
Salvo las ocasiones en que por cuestión de trabajo, o en lugares que por una u otra razón han regalado los sobrevivientes soliflores, son contadísimas las veces que un ser llegado a mí, y lista en la que me incluyo, haya sido sorprendida/o con una pequeña nota amorosa escondida entre pétalos y cintas.
Los medios de comunicación tienen la función de refrendar, refutar o crear estados de opinión en la población. También tienen la capacidad de legitimar algunas verdades, amparados en el principio popular de que: “si sale por la televisión, tiene que ser verdad”.
De un tiempo a la fecha, muchos hemos confirmado lo que hacía algún tiempo sospechábamos: aspiramos los cubanos a ser un pueblo culto, pero no nos acercamos a ser el más educado.
En nuestras calles, en las casas, en centros de trabajo, se repite la frase “¿Grabaste?”, refiriéndonos a la campaña que actualmente transmite la Televisión Cubana con el objetivo de hacernos un llamado ante actitudes que a diario vemos y que sin embargo, se han enraizado tanto en nuestra sociedad que no vemos de que forma puede ser una falta de educación y hasta de respeto.
Ahora me viene a la mente la que se refiere a las personas que sin ningún tipo de consideración, arrojan envases plásticos y basura en nuestras calles, sin considerar que son ellos los primeros que se perjudican.
También me viene a la mente el que nos hace un llamado a aquellas personas que sin ningún tipo de conciencia sobre la realidad que afecta a nuestro país, como es la compra de combustibles, sobornan a los funcionarios de la empresa eléctrica.
Y de más reciente realización, es la dramatización que nos alerta sobre una situación que tan a diario vemos, que se hecho algo cotidiano, y me refiero a lo “normal” que es ver hombres, en su gran mayoría jóvenes, andando por las calles, transporte y centros estatales sin camisas o pulóveres.
Quizás pueda ser insignificante que un niño como mi sobrino, considere que sea bonito regalar una flor. Pero es solo el lado más noble de un problema más serio.
Algunos se escudriñan y esconden su falta de educación en los problemas económicos que afectan la isla. No es menos cierto que el transporte en nuestro país se vio gravemente afectado a partir del derrumbe del Campo Socialista, pero de ninguna manera puede servir de justificación a que algunas personas empujen y lleguen a golpear a otros a la hora de abordar un transporte, ni que se hagan los de la vista gorda y se nieguen a dar el asiento a personas mayores o mujeres embarazadas en los ómnibus.
Esos, no son manifestaciones de los problemas económicos, son carencias en el espíritu de los hombres.
Si bien es cierto que me parece muy buena la iniciativa de la Televisión Cubana, no menos lo es que la familia es la primera escuela del hombre. Es allí donde se aprende de ética ante la vida, cortesía y educación, buenos modales y principios. Es por allí por donde se debe empezar a formar en el hombre esas cualidades que nos diferencian de los animales y que nos permiten vivir en una sociedad sin anarquía.
Yo también soy partícipe de esa asignatura pendiente que es la formación de nuestros niños. A mis sobrinos pienso enseñarles que regalar un gladiolo, en el lenguaje de las flores es pedir una cita amorosa, que ayudar a los ancianos a cruzar la calle, es una forma de cuidar a nuestros adultos mayores, y que siempre que sea oportuno decir las cosas de la forma más bella posible, porque como dijera Picasso, el que no regala un elogio, se queda con algo que no le pertenece.

sábado, 2 de enero de 2010

¿Por qué la alpinia y las malas hierbas?

A mis varias décadas de trabajo como periodista, pensé que era difícil encontrar algo que profesionalmente me hiciera volver a suspirar.

Cuando me hablaron por primera vez de los blogs, era difícil para mí comprender la magia que esconden los posts.

Finalmente, y después de mucho pensarlo, empiezo a dar mis primeros pasos por este mundo bitácoras y www...

¿Por qué alpinia y por qué malas hierbas?

Me confieso amante de las plantas, especialmente de las alpinias, esas bellas flores rojas tropicales que cultivo en mi casa. La alpinia representa lo bello de mi vida, de mi hogar, de mi Cuba y de mi sociedad.

¿Malas hierbas? Todo en esta vida tiene manchas, incluso mi vida, mi hogar, mi Cuba y mi sociedad.

Eso pretendo con mi blog, hablar de las partes buenas y malas de mis décadas de vida.