A quien no se le hace la boca agua con solo pensar en un helado, un vaso de agua fría o un jugo de frutas, especialmente cuando camina se todo sudado por las calles de la ciudad?.
Librarse de la condena de la sed en el verano es una acción que se repite por montones cada segundo por lo menos en Santiago de Cuba, que también la llaman la tierra caliente, aunque a decir verdad, ese problema ocurre por igual en cualquier sitio de esta área del orbe.
Entre las cosas que nos ayudan a remediar esa ansia por refrescar se encuentran las frutas. Soy de las que opino que con solo verlas ya uno mitiga el calor. Pero caballeros, cuando se saborea una piña, un melón o un mango, vaya es la vida misma.
Lo mismo sucede con algunos alimentos. Hay que tener valor, diría que mucho, como mi hijo, para comerse un plato de frijoles a “la hora que ni el perro sigue al amo”, o sea, a las doce del día cuando los rayos del astro rey caen perpendiculares en El Caribe.
A mí por lo menos en estos días de intenso calor me gusta comer ensalada de vegetales lo mismo al mediodía que por la noche. Quien lea este comentario recuerde que cubanas y cubanos tenemos la costumbre de desayunar, almorzar y comer, y entre comidas merendar.
Pues como iba contando, de las ensaladas la lechuga se encuentra entre las preferidas porque además de consumirse fresca y resultar agradable al paladar, comerla regularmente alivia el estreñimiento. Tengo una tía que falleció hace tiempo, pero recuerdo que le gustaba, según decía, para tener un sueño reparador. Por otras personas sé que la utilizan para reducir el nivel de azúcar en la sangre y prevenir la arterioesclerosis y el colesterol.
En conversación con personas adiestradas en el uso de la Medicina Tradicional y Natural supe entonces que tiene la propiedad de transformarse en un elemento importante en dietas para combatir la obesidad, que favorece la menstruación reduciendo la duración de la regla y los dolores característicos cuando se consume en infusión.
Como me gusta preguntar, supe que en decocciones sirve contra las afecciones respiratorias, sobre todo el tallo. Y aunque le resulte raro y curioso, pruebe, porque me dijeron también que el jugo de la lechuga es un desodorante natural muy efectivo.
Un consejo nunca está de más, por eso si va a consumir lechuga, de cualquier variedad, sepa que es necesario lavar las hojas muy bien con abundante agua, nunca cortarlas con cuchillo, más bien trozarlas con las manos, como que no es bueno aderezarla con mucho tiempo de antelación a la hora de comerla porque además de que disminuye la vitamina C, se pone tan fea como si estuviera marchita.
Ah y si compró una abundante cantidad de lechuga pues guarde las hojas en el refrigerador metidas previamente en un bolsito de nylon para que no se quemen.
No me va a negar que aprendió algo. Así que si puede y quiere, no lo dude, compre su lechuguita que cuando se prepara una ensalada de lechuga y se acompaña además con otros vegetales, habrá comido sano y sabroso, no lo dude.
