Qué manera de divertirse mi sobrina-nieta Paloma el día que sus padres le celebraron su primer año de vida. Bueno, ella sola no, porque casi todas las niñas y los niños que fueron no se cansaron de jugar.
Digo casi todos porque hubo una pequeña que apenas llegó ya se quería ir. Fue su mamá quien me lo dijo cuando le pregunté por qué su hija se mantenía alejada de la grey infantil.
Sucede que esta criatura que apenas acaba de cumplir los 3 años de edad y que por cierto conozco desde antes de nacer está criada por padres sobreprotectores y autoritarios, o lo que es igual, le han impuesto una serie de reglas que tronchan la natural espontaneidad de sus primeros años de vida.
Aquello me dejó consternada. Recuerdo cuando mi hijo tenía esa edad no paraba un minuto, lo mismo de hacer que de decir cosas. Ahora me divierto con mis sobrino-nietos Elías y Diego, pues son una copia de él, solo que aumentada y sin corregir. Algo similar sucede también con Paloma. Comprenderán entonces por qué me abrumó tanto la tranquilidad de la niña.
Digo más, cuando me quejaba de la hiperactividad de mi hijo, mi abuela me decía “cuando veas a tu niño tranquilo, corre al médico, porque no anda bien de salud”. Fue por esto que cuando acabó la fiesta de Paloma conversaba con su mamá, que por cierto es Psicóloga y ella me aclaraba que el problema no es la tranquilidad, sino por qué está tranquila, quizás porque no le gustó el juego de los otros niñ@s, se sentía mal, sea algo tímida; otra cosa es que no la dejen “retozar”, entiéndase correr, ensuciarse, tirarse al piso, alejarse de la vista de los adultos… el problema es la sobreprotección, los tabúes y prohibiciones arbitrarias de los adultos, el autoritarismo.
Claudia me explicaba que es necesario analizar también los malestares para el niñ@ esa actitud de los adultos, cómo se siente ante eso, sufre? o más bien sufriría si tuviera que jugar a los juegos que jugaban los otros en el cumple, quizás ella sea más pasiva y prefiera otros juegos, también hay niñ@s así y eso es normal.
Por otra parte la intranquilidad también puede ser un problema, no confundir las características propias del niñ@ en ese período, con la hiperactividad, la ansiedad, la desobediencia, la permisividad de los adultos… lo cual también tiene costos para el niño y la familia, a corto y largo plazo.
De todo me quedó claro que en todas las épocas ha habido padres permisivos y padres sobreprotectores o autoritarios y que en materia de crianza no hay una regla que se aplica a todos por igual, en resumen solo repito lo que dice el psicólogo Calviño en el programa de la Televisión cubana “saque Usted sus propias conclusiones”, aunque mi consejo es consultar a los especialistas ante la duda y no adoptar posiciones ni tomar decisiones de las que después nos podamos arrepentir. No lo cree así?
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