Llegó la primavera.

Para beneplácito de poetas, pintores y enamorados ya llegó la primavera. Y llegó cuando aún el día amanece frío y la tarde se mantiene cálida, cuando todavía no le hemos dicho un definitivo hasta luego al frío invierno. Su llegada anuncia florecimiento e inspira cambiar, innovar y transformar lo que no podrán detener ni el cambio climático, ni las guerras ni el propio hombre. Su nombre viene de las palabras “prime” y “vera”, que significan “buen tiempo” y “verde” por eso la relacionamos con el sol, la luz, las flores, los pájaros, las mariposas y el clima cálido.

La primavera es la época del año en que se manifiestan con más evidencia los procesos del nacimiento y el crecimiento en cualquier forma de vida. Las semillas rompen su embalaje, brotan las primeras flores y junto a las hojas hacen más bello el paisaje. Es además la etapa en que la longitud del día se alarga más rápidamente.

Astronómicamente la primavera termina en el solsticio de verano el 21 de junio, es mayo el mes en que se manifiesta con su máximo esplendor y dato interesante: por la forma de nuestro planeta y el movimiento de traslación, el periodo primaveral no es simultáneo en todas partes. En el hemisferio norte, al cual pertenece nuestro país, la primavera abarca principalmente los meses de marzo, abril y mayo mientras que en el hemisferio sur comienza a partir del 21 de septiembre y termina el 21 de diciembre.

La tradición de celebrar el inicio de la primavera se ha ido perdiendo poco a poco y es una lástima, pues sería hermoso y una manera diferente de adquirir conocimientos, si en las escuelas se organizaran concursos de dibujos y literarios para que los estudiantes, desde edades tempranas expresaran cómo ven y qué sienten en esta época del año.

Si triste es que los primeros días sean todavía fríos, duele más pero mucho más, observar que la primavera tal como la conocíamos desde niña está desapareciendo.

Según observaciones documentadas en 2007 y 2008, sucesos del mundo natural que solían ser indicadores de la estación actual, desde el florecimiento de las flores hasta la apariencia de los insectos, ocurren cada vez más a mediados del invierno, en la medida que se elevan las temperaturas.

Aunque a muchas personas los cambios les pueden parecer curiosos o encantadores, en realidad están entre los primeros signos concretos de que el mundo está en el curso de un calentamiento global que resultará desastroso si no se detiene.
De hecho, el desvanecimiento de las estaciones es una prueba tan clara del cambio climático como el rápido derretimiento del hielo en los glaciares y en las capas de hielo que cubren la tierra en el Ártico y el Antártico.

Entonces está claro que es el hombre con su prepotencia y pretensiones el que está acabando con la casa grande de todos, que es la tierra. Por qué no unir voluntades y salvar nuestro planeta? No soy una estudiosa del tema pero si una amante de la naturaleza y me gustaría que los hijos de mi hijo y los que continúen la descendencia pudieran disfrutar como yo del canto de los pájaros, del verde de las hojas, de las flores, las mariposas y la luz solar tal como me regocijo yo. Y que se hagan realidad lo escrito por los poetas:
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente. Khalil Gibran.

Mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía! Gustavo Adolfo Bécquer.

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. Pablo Neruda